Déjame pensar, si estabas lejos
o cuándo fue que, el absurdo de mis pensamientos
se durmió...
o tal vez quedaron mudos, contemplándote.
Déjame pensar...
si alguna vez, me quisiste;
o solo fui el eco del sonido...
o tal vez fue solo, del invierno mí abrigo.
¿Déjame sí... pensarlo?
luego te cuento... cuando estés conmigo;
y al aroma de la tarde le demos cobijo,
y besos a nuestros labios dormidos.
Déjame... por instantes, pensarlo...
solo será un rato... el justo para saber,
si al amarte fui un ingrato;
o solo un enamorado;
queriendo salvarte de mis salvajes quejidos.