Imagen obtenida de Internet
La besé con la dulzura
que me daba el deseo,
y la ame con la salvaje calentura
que me proporcionaba la pasión.
La devoré a besos,
con hambre, con lujuria,
y con todo el amor
que latía desbocado en mi corazón
cuando con ansias
y devoción la llevaba al cielo.
Las estrellas fueron
mudas testigos de cómo mi carne
circundaba sus entrañas
satisfaciendo sus ganas
y dejando que la locura
habitara ella sola su incertidumbre,
recibiendo suspirando
mis caricias sobre su cuerpo,
siendo ella mi abnegada,
querida y loca obsesión.