Detrás de una gran sonrisa,
siempre hay un gran corazón,
una sonrisa que pervierte a quien va dirigida
y que se hace
necesaria (como droga)
porque cada día necesitas verla al despertar.
Yo no veo la tuya cada día,
apenas los fines de semana o poco
más.
Pero no importa, en definitiva
sé que siempre estará para mí tu sonrisa,
y
los latidos de ese gran corazón,
que tienes para mí siempre estarán.
Marta, cariño mío, que tengas un ¡¡Feliz y maravilloso
cumpleaños!!