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    martes, 30 de junio de 2015

    Viviendo entre odas, rimas o sonetos




    Se recrea el poeta en su talento
    justificándose ante sus lamentos,
    los que, letales, desangran muy lento.
    Él vive entre odas, rimas y sonetos.

    Él quisiera entrelazarse a unas manos,
    manos que lo envolvieran con acierto
    en abrazos muy tiernos y  efusivos,
    reflejo de amor, cariño y respeto.

    El poeta se mira en su espejo fiel,
    la soledad lo acecha, lo persigue
    y acorrala... lo aniquila, fiero y cruel.

    Lágrimas de dolor le alzan en bloque,
    zarandean, sacuden. En su cárcel,
    poesía y tinta, lloran en la morgue.


    lunes, 29 de junio de 2015

    Y aquí sigo, triste, esperándote...


    Imagen obtenida de Internet


    Añoro sus caricias, su suavidad
    y ese vendaval sano de aire fresco
    al abrir su boca y sonreírme sin más,
    mimándome y besándome al despertar.

    Echo en falta sus ganas, su decisión,
    esa que me arrastra y puede conmigo,
    la que me enerva y se mete en mi sangre,
    la que hace que salte o brinque a sus brazos.

    te busco en la distancia... te olfateo
    y esta angustia me causa mucho dolor...
    muevo la cola, triste doy la vuelta

    y giro sobre mis patas... tres días,
    casi cuatro ya que te fuiste, ama...
    y aquí sigo... triste, esperándote.






    domingo, 28 de junio de 2015

    Nos abrimos despacio, como dos náufragos que se buscan en la mar...



     

    Entré despacio en ella,
    sonriente me recibió,
    serena, húmedos sus
    sueños, también su lengua.

    Sus entrañas horadé,
    hasta dejarla exhausta,
    ella a mí sin aliento.

    Nos abrimos despacio,
    como dos náufragos
    que se buscan en la mar...

    Nos abrazamos riendo;
    tanto queríamos probar
    que, lejos de la orilla...
    ¡nos fundimos con la mar!


    Dibujé garabatos en el aire





    Dibujé garabatos en el aire,
    formas inconexas desdibujadas,
    deformadas figuras de salitre;
    que a un soplo mío... son volatizadas.

    Llama etérea de aterradora lumbre
    que provoca su rabia a mis espaldas;
    que me quema, incendia y se me adhiere
    rabiosa a mis entrañas... anegadas.

    Lágrimas que alguien dibujó en el aire
    y que se hicieron dueñas de mi alma...
    dibujando mi cuerpo... como mimbre,

    en forma de astillas, en amalgama
    de colores, sombras, sangre y azufre
    que me envenena, hiere y me desarma.


    viernes, 26 de junio de 2015

    ¡Maldita seas tú, tus formas, y tu siniestra soledad!


    Imagen obtenida de Internet


    No será una queja no creas, es hastío y dolor, 
    me duele cada vez que te miro, malvada ilusión... 
    me haces trastabillar, una y otra vez en tu inquieta 
    y ardiente mirada, aunque tengo vacío el corazón.

    Lágrimas por mi rostro ardientes haces resbalar... 
    sin importarte lo solo, triste y solitario que pueda estar 
    ¡Maldita seas tú, tus formas, y tu siniestra soledad,
    que refugio eres de danzantes en las sombras, esperándome a ganar!

    Me apoyé en tu hombro ansiando de tu mano caminar... años arrastrándome, 
    siendo fustigado y creyendo no merecer tu amistad... 
    Islas habitadas por aborígenes, en mis entrañas desgarradas, 
    botan, gritan,  bailan y se emborrachan esperando vomitar.

    Horror tras horror voy viviendo sin descanso 
    y sin paz en alarma silenciosa que me anima a no desmayar.
    Fracaso en mis espaldas brillan a la par...

    Lloro silencioso, aúllo a la mar... 
    velo sus silencios, esperando que algún día tú,
    de nuevo ¡me vengas a buscar!





    Bebamos, amor… de la pasión




    Reservarme, mujer, besos traviesos,
    con sus fluidos húmedos y calientes;
    rétame a beberlos, facinerosos...
    tus suspiros pegajosos y ardientes.

    Invítame  a sentirlos poderosos,
    cargados de pasión, de llama y fuertes,
    a la vez que serán justos y ansiosos...
    besos cargados de emoción, acuosos;

    aquellos que se dan enamorados,
    húmedos, emocionales, ardientes...
    se dan dulces o traviesos... ¡mojados!

    Bébelo mujer, mi ninfa, no agites
    más a este trovador de la palabra,
    ardiente defensor de tus disfrutes.



    Un roce furtivo... un deseo aborrecido


    Imagen obtenida de Internet


    La contemplo ensimismado sobre la arena de la playa,
    camina con su silueta contra el sol, su figura esbelta
    queda sobre mi cuerpo y dejo que se suba a mi atalaya,
    muy erguida y erecta, flexible, palpitante y muy dispuesta.

    Desilusión convencida y aplastante... pasó muy suya
    y atrás me dejó... defraudado, flácido, sin "cabalgata";
    como se quedan los actores y actrices sin su tramoya,
    o sus bártulos... así me quedé yo... un exhibicionista,

    caliente, nervioso y excitado... tomando baños de sol.
    La miro con rabia, deseando que se hubiera quedado...
    más ella pasó..., ni me pidió que le echara aerosol.

    Quedé tendido, furioso, con mucha rabia, y abatido
    la vi alejarse, quedando deprimido, mi exhibición sin control,
    no tuvo éxito, ni apenas un roce furtivo...
    solo un deseo por ella ignorado y aborrecido.




    jueves, 25 de junio de 2015

    La muerte observa al alma




    Imagen obtenida de Internet


    En esta lucha constante en la que vivo, 
    sufro pérdida de estima, me ahuyento o escatimo 
    cuanto de bien practico, vivo o justifico.

    Lóbrega sombra me acompaña cuando la soledad no se me arrima.
    La triste esencia se me rompe, 
    hace hilachos, a trozos, roto o hecho cisco.

    Mis dientes muerden con rabia el labio inferior, 
    ruge mi voz y blasfema terrible
    con grito desgarrador lo que apena a mi alma.

    A ese dolor insoportable, siempre árido, 
    seco e injustificable, que me viola el alma.
    La agrede una y otra vez hasta dejarla yerta.

    Me quiebra la pena, la oquedad que divide 
    y me pervierte la carne. Carne salobre, 
    cargada de hilachos, pelos, pieles secas y muertas,

    Frío... mucho frío, 
    cuando una helada mano me cubrió, 
    me embadurnó la herida salobre
    con su túnica... ¿túnica? 
    sí, el manto frío y yermo de las justas,

    con la que me abrazó y rodeó, 
    conservando su perenne sonrisa descarnada 
    y observándome como un hijo de las mil putas.




    Dos seres humanos con garra y con la fuerza del viento





    Me conmueve su ternura, su tibia sonrisa y hermosura.
    Vive sonriente, callada y feliz, siempre dispuesta y atenta.
    Ella, mi alma gemela, es así, divina, sencilla y pura.
    Cuando la conocí me abrió un nuevo mundo, alegre y que conforta.

    Caminamos juntos, sujeta, me acaricia, ella es, mi aura;
    mi dama eterna, la que dulcemente, me sostiene y me alienta, siempre dulce y sonriente y a la vez fuerte y arrolladora.

    Vive para mi, me alienta a vivir y, hermosa, me complementa; se adhiere a mi cuerpo y yo poseo su entraña.  Me adora, almas que se encontraron y se pervirtieron,  lujuriosas y traviesas, en una aguerrida tormenta.

    Qué arrebatadora locura, dos seres humanos con garra
    y con la fuerza del viento, elevados a la decimosexta
    enmienda, ser fieles a nosotros mismos y a la quinta hechura, la que da el saber que existimos y amamos ¡que es sin duda toda una fiesta!




    martes, 23 de junio de 2015

    A ellos, a mis hijos, con todo el amor del mundo.




    Es difícil para mí no mostrarme abatido...
    no os tengo aquí, adorados hijos míos...
    abrazados contra mi pecho, bajo mi abrigo.
    Larga se me hará la noche, ¿me estarán pensando?
    mas no les quiero preguntar,
    ¡que disfruten de sus petardos, estamos en San Juan!


    Mientras tanto, echaré a volar la vista atrás y abriendo
    de par en par mi corazón... pensaré que están dormidos,
    aquí, arrimados a mi cuerpo, escuchando sus latidos...
    mientras yo... llorando, les leo, feliz,
    sus cuentos amados preferidos.


    Tal vez mañana sea otro día... y, puede que mis ansias...
    tengan otras alegrías... aunque no serán las mismas,
    ellos fueron, son y serán... mis únicas alegrías.


    Desde este rincón del mundo, hijos, no tengáis dudas,
    os amo profundamente y sois mi vida... mis alegrías.
    Fuisteis concebidos por un punto de unión ineludible...
    ¡del amor! y así fue que... ¡nacisteis de la alegría!