Imagen obtenida de Internet
Ella
miraba dulcemente y sonreía...
muy
coqueta, movía su lengua y mojaba,
libremente,
su boca de rosa y poesía,
allí me
dije encendido, ¡la devoraba!
Tan
bella, explosiva y tierna la veía...
que la
hubiera amado locamente en su alcoba
hasta
que ella expresara lo que sentía
con
gemidos y caricias mientras la besaba.
El
tiempo paró... se detuvo caprichoso,
ella
vino hacia mi... su aliento me quemaba;
su
cuerpo abrió para mi, la amé sudoroso.
Nunca
supe la razón, el tic, tac, sonaba,
pero,
juro por dios... que nunca nos avisó;
"nos
perdería la lujuria y que él... lloraba".