Imagen obtenida de Internet
No me culpes por besar la aurora...
ella hoy es mí mañana y tú, eres solo
una quimera.
Te busqué demasiadas veces…
pero tú te desvaneciste como humo
olvidándote de mí.
Si en las leyes de la vida hoy, soy tu obra,
también seré yo mañana el herrero
que forjará tus sueños,
como también el feroz guardián que cubra y guarde para
sí tu memoria.
Si una vez me quisiste... bésame ahora y después,
déjame
perecer en la humedad de tu boca, para volver a renacer
sabiendo que solo a ti, mi amor evocará mañana.
Alégrate mujer sabiendo que sigo aquí velando por tus sueños
y
qué jamás me iré sin antes hacerte saber que,
si un ladrón fui de tu querer, de mí corazón dejé de ser su
dueño
hace muchos años, ¡para regalártelo solo a ti!