Imagen obtenida de Internet
Triste es la tristeza que dejo
acompañar por el vino,
sin permitirme la presencia de la huraña soledad.
Abrazado
a mi copa, bailando un vals con la tristeza.
Mientras me dejo embriagar por el
temple amargo del vino.
Asiento con la cabeza sin una sola sílaba,
dando fe y
razón a que se apodere de mí el olvido.
Frases que jamás pronuncié, ahora mis
carceleros,
viven pendientes de mí, sin cadenas,
el refranero.
La tristeza
mueve mi mano, el vino, el sentimiento...
mi cuerpo se mueve al compás del
vals,
se evade sin más,
tal vez buscando que la soledad le de en un beso, su
aliento.
Triste, solitario, olvidado del
talento, frustrado,
voy persiguiendo un sueño, un amago de felicidad o tal
vez...
reencontrarme con el vino ¡tras mi destierro!