Imagen obtenida en Internet
Soñaba... y en mi sueño,
todo era amor, cariño y respeto.
En
él viajamos tu y yo entre delirios, pasión y sexo.
Insaciables, nos dábamos los placeres prohibidos,
amándonos y
gozando de nuestros cuerpos.
Que bello sueño soñarte pues,
mientras te soñé, fuiste mía,
mientras que, al despertar,
solo tenía entre mis brazos a mi almohada
como única y solitaria compañía.
Ven, mi amor, abrázame... te necesito.
Quiéreme dándome tus besos,
tus abrazos ¡te amo tanto!
Quiero redimir en ti todos mis fracasos,
entregarme por entero y ser la lava
de ese volcán del pasado que
tantas veces
tuve que apagar en tu cuerpo.
Esta vez ¡será tuyo y nada más!
Ven, mi amor no me dudes más,
que
una vez seas de nuevo mía,
nadie nos volverá a separar.
Seremos como agua de
mar,
siempre juntos...
¡como el agua de mar y la sal!