Tus
besos, mi amor, me han llevado al dulce delirio,
con
tu ternura, dulzura y sensualidad.
Me
inundaste las entrañas de deseo, placer, amor y libertad.
Eres
toda la pasión que anhelaba y ansiaba, mi amor.
Estar
contigo hoy es tener la dicha imaginada
tanto
tiempo deseada y soñada.
Contigo
es vivir y estar en los límites del mundo,
viviendo
a horcajadas y al galope, la vida, así sin más.
Te
hiciste dueña de mí y me dejé acariciar por tus besos,
que
incendianron cada pliegue de mi piel,
sin
dejar un milímetro por descubrir o mimar.
Luego
me dejaste el timón de tu velero
y
me deslicé por todo tu cuerpo,
manejando
hábilmente mis manos,
mis
labios, lengua... y cuerpo, como una serpiente en celo.
¡Y
te amé y gocé con tal frenesí y ansiedad
que
no paré hasta lograr subirte al cielo,
como
si estuviésemos en el Olimpo
o
fuésemos los dos parte de los dioses eternos!