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    sábado, 29 de noviembre de 2014

    Las sombras de un “hoy” que nunca tuvimos


    Imagen obtenida de Internet




    Y fuimos el ayer que nos perdimos.
    Las sombras de un “hoy” que nunca tuvimos.
    El hoy olvidado, el ayer perdido, el adiós odiado… 
    nuestro amor que zozobró por ir subidos, 
    a un barco construido de papel
    y en él luchamos por no perecer ahogados.

    “Soy la estela de la luz”. Me dijiste un día, 
    al besar mi foto, 
    que yo sentí hasta la tibieza de tus labios, 
    y hasta creí beberme tus lágrimas mientas lo hacías. 
    Cruel despertar al comprender que somos solo el ayer, 
    aquel que no conseguimos jamás…

    Te esperaré en la última esquina del mundo,
    ahí, al final del camino recorrido,
    sin un aviso o esperanza, ni siquiera… amor.

    Me verás llorar a cantaros, cansado de mí,
    y hasta puede que usurpe con valiente descaro, 
    los canticos de tu risa, ésa sí,
    la que yo amé con tanta ansia una vez.

    Y verás cómo te evades ante mis ojos,
    en ausencias perfumadas de mil sonrisas amadas,
    veneradas, poseídas o soñadas,
    para desvanecerte silenciosa en la nada.
    Y yo, seguiré aquí solo, llorando y sin esperanzas.

    Entonces que ya no estarás…
    asumiré que solo existes en la pluma de mi alma 
    y entonaré “el mea culpa”
    escribiendo mis mejores versos sobre mi espalda cansada.




    viernes, 28 de noviembre de 2014

    La soledad vive sola

    Imagen obtenida de Internet


    En este latir de fuego,
    carne roja y palpitante ¡grito!
    cómo serpiente atacante,
    busco a mi presa sin prisa.

    Corro veloz tras el sueño,
    y tras un árbol seco, lo espero,
    abiertas las zarpas
    para lanzarme a su cuello.

    No asalto lugares
    ni destruyo sus hogares
    ni destrozo los cultivos
    ni produzco sin sabores.

    Dormido como un leño,
    me carcajeo yo solo,
    al verme desnudo y esquelético
    muerto de risa y sin prisa.

    Ni siquiera asusto a los gatos,
    camino torcido y arrugado
    y cuando lloro…
    ¡todos os apartáis desolados!






    jueves, 27 de noviembre de 2014

    Me iré sólo, hacia ningún lugar…

    Imagen obtenida de Internet


    Me odio, cuando te quiero así, débil, desatado, sin fuerzas.
    Y me come la incertidumbre de saber que nunca 
    estarás conmigo y que mis sueños navegan ya imposibles
    y sin rumbo, hacia ningún lugar…

    Quizás solo… hacia el más inmediato olvido.
    Entonces descubriré la farsa de mi vida,
    la injusta condena a la que sometí a mi alma,
    perdiéndome cuanto amé y adoré.

    Será tarde ya para volver la vista atrás,
    el mundo seguirá girando y girando,
    dando vueltas y más vueltas, sin parar
    pero, la vida nunca regresa a su origen…
    sigue dando vueltas hacia adelante sin parar.

    Me arrepentiré entonces de no vivir, de no querer 
    o no poder alcanzarte… Solo una cosa no podré olvidar jamás…
    ¡lo injusto en ingrato que es quererte así!




    martes, 25 de noviembre de 2014

    Crece y se evade mi ansiedad

    Imagen obtenida de Internet


    Crece y se evade la ansiedad
    persiguiendo a mi futuro,
    ansias que fueran de soledad,
    golpeándome con mísera saña.

    Todo cuanto he sido
    y todo cuanto me he perdido,
    abocado a morir, sólo, sin tu cariño.
    No hay más camino que las sombras…
    Me sinceré ante el reflejo de mí mismo.

    Soy solo esto que ves, soy,  (me digo)
    “ni pan... ni vino... ¡ni rosas!”
    solo un alma que divaga
    triste y sola y andando a solas conmigo.

    Pudiste elegirme  y callaste,
    me ocultaste bajo lo gruesa capa
    de tus malogrados designios,

    No quisiste decidir sobre mi destino
    y dejaste que me fuera solo
    ¡quedándote tú en la otra orilla...
    y con mi corazón como abrigo!



    Desde el asedio de mi locura, a ti y para ti, madre mía


    Ángela Mira (mi madre)


    Me sonríe y la ternura con que lo hace me deja indefenso, 
    me conmueve su gesto risueño y tierno, su cariño.
    Sus caricias, las que siento en el cuerpo y en el alma… 
    sin rozarme siquiera y que son de eterna dulzura y suavidad.

    Sé no obstante que no me reconoce, 
    se fue ligera y sin equipaje,  y ni sé si alguna vez, 
    algún día, sin embargo, vuelva a recogerlo…

    Tampoco sé si volverá de ese extraño viaje 
    del que marchó sin avisar o regrese de entre las sombras 
    a reconocerme de nuevo o a despertar.

    No sabría explicar por qué o cómo se fue…
    solo intuí que ya no estaba,
    que su mirada era opaca, irreconocible,
    pese a sus hermosos ojos azules.

    La miraba con dolor… la miraba todo el tiempo
    y pese a su sonrisa eterna,
    yo sabía que no era a mí a quien veía…
    ¿o sí y no lo supe descifrar?

    A mí me quedaron los pesares, 
    el remordimiento, esa locura incierta
    del que sabe ciertamente que, si bien no sabía,
    no lo exculpaba de haberlo hecho mal…
    Al menos esa es la pena que yo tengo,

    la humedad sistemática de mis ojos,
    esas lágrimas que se me escapan continuamente 
    y que me delatan. 
    Y este día a día que es mi propio infierno 
    desde aquel día que la viera, en silencio, marchar.





    lunes, 24 de noviembre de 2014

    Bosque de emociones y sentimientos desahuciados.





    Pasa el tiempo y el suplicio de vivir
    va pesando en mí como una cruel losa.
    Mi corazón se queja y cruje como piedra
    de un camino desigual y sin asfaltar.

    Llora la pena y su desgracia de no saber
    hacia qué lugar del pecho se ha de quedar.
    Amargamente… golpea las paredes de mis entrañas
    con su cántico repetido e incesante, bom, bom,
    sin saber si la muerte será su incierto final.

    Miré de un jardín, sus rosas,
    pletóricas estaban de luz y de belleza
    y al alzar mis ojos sangrantes...
    ante el espejo, me encontré en las sombras,
    solo y desolado ante un gran muro de rocas…
    un bosque de emociones y sentimientos desahuciados.


    domingo, 23 de noviembre de 2014

    ¡Dejadme pensar! Mi vida está al borde del abismo

    Imagen obtenida de Internet

    ¡Dejadme pensar! Mi vida está al borde del abismo 
    y debo desandar lo andado. Tal vez mañana vuelva a mí la razón 
    y pueda al fin mostrar la identidad que ahora 
    oculto tras este escudo imparcial y absurdo del pasado.

    Lo sé, no puedo evitar el llorar. Pero no por mí, 
    estoy exento del raciocinio. Lloro por la humanidad, 
    por las gentes que patean las calles, 

    las que gritan pidiendo auxilio y libertad 
    o que arremeten contra los políticos corruptos 
    que violan sistemáticamente, y una tras otra, nuestra dignidad.

    Enarbolaron la bandera de lo oscuro, 
    aquello que fuera causa y luego efecto 
    de lo que se fraguó en la civilización. 

    Lo sé, fueron la perdición de nuestros sueños, 
    la indeleble pérdida del latir de nuestros corazones; 
    la sangre oscura y envenenada que nos desquicia la razón, 
    causa final de la mala influencia tiránica 
    que causó nuestra perdición y extinción.