Imagen obtenida de Internet
No me
recuerda, apenas me entiende, su mente se evadió.
Se fue alejando lentamente en cuerpo, espíritu y
mente.
Sin hablar, ausentándose y sin
memorizar un solo instante
de aquella vida nuestra vivida junto
a ella
y amándonos sin descanso.
La amé
tanto… y tanto fue lo que me amó.
Que
sin saber el motivo ella, se perdió.
Tal
vez fuese culpa mía …
o pudo
ser la inmadurez de nuestro amor
la que
años tras años de luchas y esfuerzos, nos perdió a los dos…
La
perdí de vista entre nubes de alcohol
y polvos
“mágicos”, los que penetraban como un chispazo
en mi cuerpo y en mi sangre , ignorando o sin querer saber,
qué me
estaba matando…
Ella
se fue, me olvidó,
¿o tal
vez fui yo quien la maté de tanto
querer
ignorarlo?