En el candor de la noche bella,
cuando las estrellas son más
luminosas,
se distinguen, fieles y
brillantes,
tus ojos, azules y candorosos.
¡Oh, mi mariposa bella, tan
tierna,
linda y delicada como una rosa!
siempre mostrando su bella
y luminosa sonrisa
su lado más tierno y su pausada
belleza.
Enamoras con tu dulzura,
sueltan a tu paso sus trinos los
pájaros
las semillas germinadas de las
rosas
más hermosas.
Ya desde los cielos, el sol, en
la mañana,
muestra, sin trazas de pudor, que te venera,
y en la noche febril y ruborosa,
la luna
tras seguirte y tras tu paso…
¡se
esconde envidiosa!