Imagen obtenida de Internet
¿Qué sucedió en aquella aciaga tarde,
para que sus pensamientos la maniataran;
y cediera su razón... ante la muerte?
Ella, sobre su caballo de negra crin, recorrió
inusitados senderos que iban marcando su galope...
¡Unos terribles pensamientos ondeaban en sus ojos negros!
Sus lágrimas fluían de ellos y volaban en pos de una sola
idea...
¡Lanzarse a los descarnados brazos de la muerte!
Un rictus de desconsuelo era el amargo dueño de su belleza,
y
éste le martilleaba su brillante cerebro produciéndole mucho dolor,
dándole el
aspecto y apariencia de una enferma de amor.
Nadie estaba próximo para evitar lo inevitable...
Los cascos
de su caballo dejaron de tocar tierra,
y su cuerpo y el de ella, saltaron sobre
el abismo.
Dos marionetas en el aire...
¡dos muñecos de trapo rotos,
sobre las ensangrentadas piedras...!
"El caballo... yacía sin vida, ella... no, ella... aún
respiraba".
Y allí estaba ella, en una silenciosa cama del hospital...
y
aunque su cuerpo yacía sedado y doliente en esa fría cama de hospital...
lo sé,
ella, aún me espera... y me sonríe en mis
sueños, sé que "siente" a lo lejos mi voz...
gritándole desde el fondo del abismo
¡No llores mi amor…
aquí y a tu lado siempre estaré contigo!