Al fin
los dos solos, amor...
el aroma
a rosas de tu perfume
me
incita a desear tocarte, desearte...
y a besar
cada pétalo de tu piel.
Paso mi
lengua por cada pliegue,
por cada
línea de tu piel;
buscando
cómo darte el mayor placer
y así,
entrelazar nuestras lenguas
para
bebernos por entero,
sin
dejar escapar ni una sola gota,
¡empapándonos
de sexo y sudor...!
Redimimos
nuestras pieles
tan
desesperadas y olvidadas
por esta
eterna cruzada en el tiempo;
¡por estar
separados los dos!
Lamemos
cada porción de nuestros cuerpos
intentando
llegarnos a las entrañas,
en
eternos besos de pasión,
para
después… yacer y dormir;
los dos
satisfechos, adoloridos y vencidos...
¡en los
brazos del amor...!