¿Por qué es tan imposible vivir... sin tener que pelear?
¿hasta cuándo reconstruiremos los muros orgullosos
de nuestros destinos, con armas en las manos...
y cuchillos afilados... en la boca?
Derramé las semillas del fracaso
en la tierra donde guardaba mi fe,
presumida ésta, fingía ser feliz...
envuelta en papel de celofán.
Loca y sensible a la vez,
colocaba en su interior;
las raíces profundas de su amor...
y luego las regaba tan profundamente que;
encharcadas y embarradas... morían tristes
y sin enraizar...
hasta que, sin ver la luz...
morían y exhalaban,
dando su último estertor.