Nada sé... y esta espera
se presiente ya, demasiado larga.
No renuncio a esperar
mas... mis sentidos se hieren
y mi ansiedad se ve estimulada
por esta dura realidad que me embarga y duele.
Tiempo inaudito, falto de esperanza
y fe desheredada con ansias de saber,
dolor espeso de mi sangre por querer conocer
la verdad, mas... sigo aquí esperando sin saber.
Dolor inmisericorde que no me perdona
ni se aflige ante mi pena y mi llanto.
¿Dónde se fue? ¿o por qué... se fue?
Y si estás en algún lugar,
¿por qué no te muestras... y te vas después?
Y aún más doloroso...
¿acaso subyaces en algún lugar doliéndote,
perdida y olvidada de mí...?
¡Yo quiero saber de ti y de tus pasos!
¡de tu respiración pegada a mis suspiros!
Saber de ese Ángel que te guarda y te guía...
y que es el mismo guardián de mis sueños
y el de tus suspiros de mujer consentida...!
No me dejes tejer este hilo sangrante
que es el no saber, ignorar.
Porque, ¿dónde está ese bendito lugar,
asilo impensable, donde no puede llegar
ni entrar mi fe?