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    sábado, 29 de junio de 2013

    Una chispa sin luz ni brillo

    Imagen obtenida de Internet


    El dolor no me deja pensar y mi mente enmudece. 
     Las lágrimas tan solo es agua buscando un cauce
    que no existe. Cuantas más veces dejo al dolor
    mellar en mí ánimo, menos interés manifiesto
    en que no consiga hacerme daño.

    Soy la espina que hiere y lastima lo que siento,
    burlándose de lo que carezco y soy la llave de mi propia alma, 
    la cerradura oxidada de una puerta olvidada, triste y melancólica, 
    acaso sea también, el cerrajero que la fundiera 
    dándole sin mi permiso mi propio nombre.

    No me burlo del dolor, ni siquiera lo mancillo
    creyéndolo mío, me siento solo una estela,
    un relámpago, que una vez brilló en el cielo
    y hoy, en un desierto perdido, solo es una chispa sin luz ni brillo.




    Me alejé sin creerlo y me perdí...


    Imagen obtenida de Internet

    Fui culpable, lo sé y no tengo perdón ni excusa alguna,
    me alejé sin creerlo y me perdí en divagaciones extrañas...
    Me recree entonces en mi mala suerte, sin luchar ni defenderme.

    Maldita situación comprometida la de mi perra suerte,
    sin buscarla, una y mil veces me encontraba, y se negaba a perderme de vista, pegajosa e indecente.

    Me alejé de una realidad que detestaba, rehuyendo del dolor que me afligía si no lo hacía.
    Me volqué en sentimientos que no me pertenecían,
    para obviar mis culpas y esconder mi cobardía.

    Heme aquí hoy, en cuerpo y alma, vencido y sin consuelo.
    Soy carne de pecado, un humano enardecido y equivocado,
    esperando el perdón de aquellos que una vez me condenaron.




    martes, 25 de junio de 2013

    Ni una sola esperanza vino hacia él y lo abrazó


    Imagen obtenida de Internet


    Una tristeza se ha apoderado de mi corazón,
    lo ha rodeado con sus sucias garras, envenenadas por el dolor y lo ha estrangulado hasta dejarlo sin sangre.
    Sus latidos se hicieron lentos y agónicos,
    apenas se le vislumbra ya un hálito de vida.

    Su fuerza se perdió buscando mil razones para seguir,
    proseguir éste arduo viaje que es la vida,
    buscando encontrar la fe que lo arrastre,
    tras ser desterrado, abandonado a su suerte.

    La buscó tanto… buscaba una sola razón ¡un solo corazón!
    Más solo encontró desolación, dolor y desilusión,
    ni una sola esperanza vino hacia él y lo abrazó.

    Y hoy… se muere desilusionado y perdido.
    No desea o parece siquiera querer vivir,
    ni siquiera se resiste al abrazo frío de la muerte,

    se dio al fin por vencido.

    sábado, 22 de junio de 2013

    Me rebelo a mi destino

    Imagen obtenida de Internet


    Tras vivir en una constante sumisión,
    me rebelo a mi destino, porque no es de justicia 
    que yo no pueda agotar todas las posibilidades exigibles.

    Qué me importa si el tiempo se me echa encima.
    Si las manecillas del reloj me golpean 
    una tras otra sin tener piedad alguna...

    O sí el toc, toc, de mi corazón se está agotando, 
    tal vez por la angustia de saber: 
    de manera cierta, que mi tiempo se agotó.

    Soy la odiosa espera que grita con rabia, 
    mirando hacia el cielo y clamando porque, 
    el mañana, sólo sea un sueño y yo hoy haya abierto los ojos y ya ella me estaba esperando.




    viernes, 21 de junio de 2013

    La Luna… nació para ser Reina

     

    En el cielo, una estrella vestida de blanco luminoso, me cuenta la historia de la luna. Me cuenta de manera clara y serena, su triste existencia. Ella, nació para ser Reina; su nacimiento fue una explosión de MADRE, donde el orgullo de PADRE, puso de acuerdo a toda la corte de dioses y "semidioses" celebrando una gran fiesta en honor de la futura Reina. Nadie contaba, «según me contó la estrella» que, MADRE, diera a luz en tan breve espacio de tiempo un nuevo HIJO, este varón. Al que, por su belleza azul pusieron de nombre; TIERRA. Desde entonces dicen que la bella luna enmudeció, se tornó tímida y melancólica y, me cuenta la estrella, algunas noches, se oculta y desaparece.
    La miro curioso, ahora sé por qué la luna nos embelesa, apasiona y enamora... Ella, la luna, forma parte de nuestra fe, ilusiones y esperanzas.


    jueves, 20 de junio de 2013

    La ansío tanto y tantos son mis anhelos

    Imagen obtenida de Internet


    Me quema la impaciencia, mi pensamiento se vuelve loco, 
    está desequilibrado por quererla, ¡desearla!
    No aguanto la espera, ansío verla y tenerla entre mis brazos, para sujetar sus latidos contra mi pecho enamorado.

    Recrearme… jugando con esas dos cerezas que son sus labios  y beberme su aliento, para llevarla después hasta el éxtasis supremo de mis deseos, 
    pulsando cada fibra o terminación nerviosa de su ser.

    La ansío tanto y tantos son mis anhelos, 
    que me arde la piel y el pensamiento, pensándola, 
    mientras mi cuerpo juega a desearla y hace rugir a mis entrañas, que están enloquecidas y ansiosas por poder soltar mi lava ardiente.


    Luego de consumirla... y consumirme a mi vez 
    dejándola a ella sin aliento y a nuestros cuerpos, 
    temblando de deseos satisfechos, azorados y agotados.


    Hoy la vi y me abracé al aire...


    Imagen obtenida de Internet


    Hoy la vi y me abracé al aire...
    creí llevarme pegado al cuerpo su perfume.
    Miré sus ojos y vi que sonreían...
    no era a mí, sin embargo... lo parecía.

    Sentí cómo el ansia por poseerla
    se hacía dueña de mis sentidos,
    dueña absoluta de mi cuerpo y hasta de mis gemidos.

    Corrí en pos de ella… y la abarqué por la cintura, 
    ¡tan linda era y tan bella!
    que al volverse y ver sus ojos,
    su brillo próximo al infinito,

    me dejó ciego e indefenso ante ella.
    No me dejó reaccionar,
    sus labios se convirtieron en cadenas
    apresando mi boca y mi lengua,
    dejándome inerte, extasiado, ¡enamorado!

    Sufrí un desmayo... ¡de tanto como empecé a quererla! 
    por fin estaba unido...
    a un recuerdo que era solo mío
    ¡y también de ella...!




    miércoles, 19 de junio de 2013

    Me quise embriagar bebiéndome tu perfume


    Imagen obtenida de Internet




    Me quise embriagar bebiéndome tu perfume,
    Acariciándote… puesto en ti todos mis sentidos
    para el goce de tu cuerpo y el mío. 
    Nuestros cuerpos quemándose el uno al otro.

    Mientras dedicaba mis esfuerzos 
    a enardecer cada milímetro de tu piel, 
    buscándote y mordiéndote la boca, 
    mezclando, calientes, nuestros fluidos
    y inundándote y llenándome al mismo tiempo de ti.


    Quiero ser esa explosión que, tras un incendio, 
    deja escapar con fuerza sus gemidos, 
    para saciar tus ansias de mujer 

    y mis anhelos de hombre oyendo tus suspiros. 
    Dejando en tus entrañas la lava ardiente de mi cuerpo 
    y en el tuyo el llanto poderoso de mis latidos.



    Amándonos a destiempo

    Imagen obtenida de Internet



    Como recuerdo la primera vez que te amé.
    Mis labios temblaban al entrelazarse a los tuyos,
    rosados y frescos y tan golosos como los míos.

    Te besé, y eran tus labios
    puro almíbar, en un cóctel de frenesí.
    Mientras nos dejábamos envolver por la pasión,
    con la dulzura que nos daba la inexperiencia.

    Dejé a mi lengua que hablara por mí,
    que supliera mi torpe excitación con la calidez imberbe
    de mi amor incipiente.

    Temblabas y tu temblor unido al mío,
    dio alas a nuestros cuerpos que, tendidos y abrazados,
    dieron rienda suelta a nuestros deseos juveniles,
    amándonos a destiempo.




    Me va costar olvidarme de lo que te amé


    Imagen obtenida de Internet


    Cuántos años más tendré que despertar en soledad
    preguntándome… ¿en qué fallé? 
    ¿Y cuántos más mirando a los ojos de quienes suspiran 
    y se compadecen de mí y se duelan de verme así?

    No quiero ni necesito sus palabras de aliento.
    Tampoco despertarme en medio de un sueño 
    donde creía vivir. Quiero solo tenerla entre mis brazos otra vez 
    y creerme por fin lo que siente hoy mi corazón.

    Tampoco quiero que dejen de hablarme de ti,
    o que me quieran obligar a olvidarme de lo que te amé.
    No permitiré ni soportaré extravagantes situaciones
    que me obliguen, sin desearlo, a separarme de ti.

    Sé que es lo que debo hacer, aunque no quiero hacerlo.
    Mi mente también lo entiende, 
    pero mi corazón se parte en dos 
    cuando hago por obligarlo a hacerlo.

    ¿Volveré a convertirme en sueño y en él, sin miedo,
    pensaré que habré logrado olvidarme 
    de que alguna vez exististe?

    Inútil, lo sé, pese a mi tristeza…
    cuando despierte, me va a costar olvidar
    lo que una vez ¡te amé!