Translate

Twitter - Linkedin

  • TWITTER

    Instagram

    sábado, 5 de septiembre de 2015

    Que hablen las conciencias… y que callen los hombres

     

    Una barquita duerme embarrancada... 
    en una playa cualquiera,
    en ella viajaba una familia, 
    vestidos todos, con hambre, 
    esperanza y pena, iban detrás de una ilusión:
    escapar del horror y de una injusta guerra.

    Eran padre, madre y sus dos pequeños hijos,
    el mayor tenía tan solo cinco, 
    el pequeños, apenas llegaba a los tres añitos...
    en esa playa quedaron ahogados, 
    la madre y los dos hermanitos…
    en su orilla y en la arena, sin vida quedaron dormidos.

    Unas horas más tarde, el padre despertaba llorando,
    la angustia le atenazaba ¿dónde estaban su esposa y sus hijitos?
    Al ver con estupor, a unos extraños rodeando un cuerpecito…
    su alma, escapó gritando su horror de su cuerpo, 
    no entendiendo por qué, ni quién, 
    este final a sus vidas le había escrito.

    ¿Por qué Dios no se lo llevó con ellos?
    ¿y por qué tuvo que dejarlo a él con vida 
    y se llevó lo que más quería en la vida… 
    su mujer y sus dos hijos?

     Rodilla en tierra, reza y pide justicia…
    Que le devuelva Dios a sus pequeños hijos 
    y esposa y se lo lleve a él, como castigo.


    El hombre está roto, ya no tiene ilusiones
    y la esperanza se le ha ido...
    ahora vivirá solo y se siente perdido,
    en sus ojos las lágrimas se desbordan… 
    llora sin alma… pero con rabia, sin sangre… 
    pero con mucha pena... en su corazón malherido.






    Que nadie ose mirar hacia otro lado, todos somos culpables, los unos porque solo desean poseer el poder y cuando lo obtienen, gobiernan solo para los poderosos y los ricos. Y nosotros somos culpables por permitirlo… y por votar a ineptos, corruptos y canallas.