Imagen obtenida de Internet
Te admiro por entero mientras, mis manos,
cincelan sobre tu piel, húmeda y cálida,
los sonetos más sublimes y más verdaderos.
Dejo que mis manos hablen por mí, mi boca, labios
¡mis manos! aunque no hay mucho más que decir,
solo dejarnos llevar y, sentir...
Me muevo sobre tu cuerpo, como lo haría una serpiente…
en silencio, con sibilante siseo, para conseguir enervarte
amor… encendiendo tu pasión y tu deseo.
Siento como tus sentidos se adhieren y responden a los míos…
entonces es que nuestros alientos se convierten en volcán
y nuestras lenguas en
lava ardiente bebiéndonos la vida.
Ya nuestros cuerpos no responden,solo se guían por sacudidas…
descargas eléctricas que perforan,
voltean y remueven nuestras vísceras enloquecidas.
Me muerdes la boca, mis labios me haces sangrar…
no siento dolor, ni percibo la sangre resbalar por la comisura
de mis labios,
solo atisbo a distinguir una humedad caliente…
la que hundida en tu cuerpo me hace gozar de tu eternidad.