Cada beso suyo es una
caricia
Un balón de oxígeno
para mis pulmones
Y un amanecer brillante
de colores,
henchido mi interior
de amor y de ilusiones.
Es la hembra, la que
me amamanta con sus besos,
La que sacia mi sed
y me renueva la sangre
de oxígeno
mi bella, hoy madre,
mañana amante.
La que se me erige en
diosa
y guía de lo que siento,
La que en sus brazos
protege mis sueños
Y la que, tras su
sonrisa, aviva la llama de mis pasiones.
Me dejé hacer y no me contuve
hacia ella
Mis instintos…
Poseyéndola el alma y
espíritu
A través de penetrar y
apoderarme de su cuerpo.
Diosa fuiste de mis
terrores,
Diosa y ama de lo que
siento,
Te querré mientras
viva o sueñe…
Te viviré hasta que no
esté muerto.