En el cielo, una estrella vestida de blanco luminoso, me
cuenta la historia de la luna. Me cuenta de manera clara y serena, su triste
existencia. Ella, nació para ser Reina; su nacimiento fue una explosión de
MADRE, donde el orgullo de PADRE, puso de acuerdo a toda la corte de dioses y
"semidioses" celebrando una gran fiesta en honor de la futura Reina.
Nadie contaba, «según me contó la estrella» que, MADRE, diera a
luz en tan breve espacio de tiempo un nuevo HIJO, este varón. Al que, por su
belleza azul pusieron de nombre; TIERRA. Desde entonces dicen que la bella luna
enmudeció, se tornó tímida y melancólica y, me
cuenta la estrella, algunas noches, se oculta y desaparece.
La miro curioso, ahora sé por qué la luna nos
embelesa, apasiona y enamora... Ella, la luna, forma parte de nuestra fe, ilusiones
y esperanzas.