Imagen obtenida en Internet
Y a la vuelta de la esquina,
junto a la maleta y neceser,
estaba fiel a su mirada...
la mujer a la que siempre esperé.
Años buscándola por doquier...
y allí estaba ella,
cristalina, hermosa y ¡enamorada!
¡como tantas noches soñé!
Mis ojos se nublaron al verla...
al encontrarla mirándome fiel.
Y un sobresalto sentí
desgarrarme las entrañas, al verla
tan hermosa, radiante y espléndida.
Sus ojos parecían decirme,
mientras se humedecía los labios,
¿eres tú?
¡Sí, soy yo! mis ojos contestaron rápido
al verla tan ingenua, sonriente y feliz...
Nuestros pasos fueron rápidos a buscarse,
yo le pregunté nervioso ¿Betty?
ella interrogó... ¿Javier?
Tímidamente, con miedo a ofenderla,
situé mis brazos alrededor de su cintura
y con deliciosa ternura... la besé.
Nuestro primer beso, de tantos como soñé...
mis labios apresaron su boca con ansia,
y ya olvidé cuantas veces la besé...
¡porque se abrieron los cielos y con ella volé!