En nuestra alcoba
y entre las sábanas,
como me gusta
sentir tus besos,
las caricias de tus manos blancas
o la seda de tu piel
lubricando mis ansias...
Quiero enhebrar con mis manos
tus rizos de pelo lacio,
hasta formar remolinos
y enredarlos a capricho
entre mis dedos excitados...
Deseo tanto acercar mis labios,
besar tu pelo
y aspirar tu aroma a rosas
y a frutos frescos...
que siento cómo tus suspiros
en aliento cálido y sereno
me soplan al oído un
¡cuánto te amo!
o un ¡cuánto te quiero!
De tus labios bebí la miel
del placer supremo y tú,
de mi boca
inhalas el pecado
y el infierno,
hoy tú, mañana yo....
Fundidos despertaremos
y estaremos los dos,
en un solo cuerpo,
con dos corazones
gritando a un tiempo
¡te amo, mi amor!