
Amor, si ves el amanecer sin mí,
y
no eres capaz de mirarte ya en mis ojos,
cargados
estos de deseo y buscando tu esencia enamorada...
mientras
rememoro con mi pensamiento cada pliegue de tu piel,
acariciando
cada molécula de tu aroma...
culpa
de estar sin ti, como el sol, que gira y da vueltas...
sin
ver ni encontrarse jamás con la luna.
Recuerdos
que nunca tuve,
y
que ni aun jamás reviviré...
son
solo sueños de un pasado,
que
está sepultado entre cruces y sepulturas.
Olvidado
quedé en el páramo
más
profundo de tu piel...
caricias...
que en eterna lucha por tenerte
quisieron
el premio de tu cándida desnudez,
sin
pensar que ya lo tuve... y se me fue...
Soy
yo, mi amor... ¡tu príncipe!
Aquel
que perpetró,
el
más horrible de los crímenes;
¡conseguir
tu amor y... despreciarlo después!
Qué
miseria de sentidos...
viajar
por ese falso paraíso dónde
fui
el mudo testigo de tu duro castigo...
amarte
sin tenerte y perderte...
¡Habiéndote
querido... como te he querido!