Imagen obtenida de Internet
Me nacen del sueño,
y se aíslan de mí pensamiento
las sombras del desparpajo fingido,
mientras se aprovechan, infieles,
de los ingenuos pacientes enamorados...
Sirenas sinuosas…
de guiños inexplicables,
se burlan de la boca y del sonido.
Ingrato devenir... de un olvido pausado.
La vi, la desee, toqué su seno
y uno de sus pezones amados...
y me quedó la insatisfacción, ¡las ganas!
impresas sobre unas sábanas recién lavadas,
sin manchas del rojo carmín de sus labios.
Me nació del sueño y aislado...
me rugió la pasión y el hambre,
mientras se baten entre sí,
el deseo, la lujuria, ¡el pecado!
Porque la estoy amando así,
poseyéndola en la distancia...
¡y gozándola con todas mis ansias
en mis sueños, y amándola con toda el alma!