Imagen obtenida de Internet
En este latir de fuego,
carne roja y palpitante ¡grito!
cómo serpiente atacante,
busco a mi presa sin prisa.
Corro veloz tras el sueño,
y tras un árbol seco, lo espero,
abiertas las zarpas
para lanzarme a su cuello.
No asalto lugares
ni destruyo sus hogares
ni destrozo los cultivos
ni produzco sin sabores.
Dormido como un leño,
me carcajeo yo solo,
al verme desnudo y esquelético
muerto de risa y sin prisa.
Ni siquiera asusto a los gatos,
camino torcido y arrugado
y cuando lloro…
¡todos os apartáis desolados!