Imagen obtenida de Internet
Cuarenta y un días encerrado, casi
enjaulado,
y la impotencia que siento, me parece
eterna,
a la vez que innecesaria.
Puede parecer que estoy con falta de fe
y de esperanza, y es cierto,
la busco y no llegaran ni imaginarse
cuánto
de tan vacío e inútil que me siento.
Ya no sé dónde más mirar
estoy tan cansado... miro incluso en las
profundidades de mí mismo,
hasta recorrerme por entero y... es inútil, no me
hallo
ni consigo encontrar nada que me haga cambiar de opinión o recapacitar.
O acaso (quizás) recuperar la ilusión o
las esperanzas.
Cuarenta y un días encerrado, enjaulado...
Eso para un desesperado como yo es ¡toda
una vida!
Cuarenta y un días encerrado, casi
enjaulado,
y la impotencia que siento, me parece
eterna,
a la vez que innecesaria.
Puede parecer que estoy con falta de fe
y de esperanza, y es cierto,
la busco y no llegaran ni imaginarse
cuánto
de tan vacío e inútil que me siento.
Ya no sé dónde más mirar
estoy tan cansado... miro incluso en las
profundidades de mí mismo,
hasta recorrerme por entero y... es inútil, no me
hallo
ni consigo encontrar nada que me haga cambiar de opinión o recapacitar.
O acaso (quizás) recuperar la ilusión o
las esperanzas.
Cuarenta y un días encerrado, enjaulado...
Eso para un desesperado como yo es ¡toda
una vida!