No puedo hacer mucho más, solo dedicarle unas palabras y desear que allá a donde vaya encuentre la paz y felicidad que tanto se merecía en la Tierra. Adiós Omar, descansa en paz.
Hoy volví a comprobar
que Dios no existe,
y sí alguna vez
existió,
es posible que esté
muerto.
Si no es así…
¿cómo es posible que
pueda cometer tal injusticia?
¿Cómo abandonar a un
niño,
el cual llevaba
tantos años luchando
contra una enfermedad terrible y dolorosa?
¡Imposible! No, no me
puedo creer,
que pueda existir Dios y no hacer nada para
evitarlo…
¡No merecía tal
final!
Omar Rodriguez... ha
muerto,
y con él se ha
llevado mi última esperanza
de que existiera Dios...
descansa en paz, Omar Rodriguez.