Imagen obtenida de Internet
Se me deshizo de entre los dedos, durmió a su pálpito,
silenció
su corazón y... sus latidos se desvanecieron.
Su alma, en tránsito, por un
mundo deshumanizado...
quedó atrapada en un abismo, un absurdo postrero.
Dejé que sus manos resbalaran de entre mis dedos
y así con
fuerza su cuerpo que, cayó desvanecido...
en silencio, yermo... sin vida,
aliento o deseos.
Mi boca gritó entonces su llanto de dolor,
con rabia y duelo. Besé temblando sus labios secos...
sus
ojos, párpados ¡y todo su cuerpo!
Después... yací con ella, abrazado a su esencia,
a su alma y
su cuerpo, en silencio...
Mis labios susurraron una plegaria de amor y duelo...
y a mis
ojos dejé llorar, mustios y secos.
Después... sus ojos cerré, deseando que un
latido suyo
emitiera al menos, un parpadeo.
Cuando vinieron a buscarla, ¡mi sangre encendieron!
Porque quisieron
apartarla, arrancarla de mi cuerpo...
Mas… ¡Nunca lo consiguieron!