Reservarme,
mujer, besos traviesos,
con
sus fluidos húmedos y calientes;
rétame
a beberlos, facinerosos...
tus
suspiros pegajosos y ardientes.
Invítame a
sentirlos poderosos,
cargados
de pasión, de llama y fuertes,
a
la vez que serán justos y ansiosos...
besos
cargados de emoción, acuosos;
aquellos
que se dan enamorados,
húmedos,
emocionales, ardientes...
se dan dulces
o traviesos... ¡mojados!
Bébelo mujer,
mi ninfa, no agites
más
a este trovador de la palabra,
ardiente
defensor de tus disfrutes.