Imagen obtenida de Internet
No será una queja no creas, es hastío y dolor,
me duele cada
vez que te miro, malvada ilusión...
me haces trastabillar, una y otra vez en tu
inquieta
y ardiente mirada, aunque tengo vacío el corazón.
Lágrimas por mi rostro ardientes haces resbalar...
sin
importarte lo solo, triste y solitario que pueda estar
¡Maldita seas tú, tus formas, y tu siniestra soledad,
que refugio eres de danzantes en las sombras, esperándome a
ganar!
Me apoyé en tu hombro ansiando de tu mano caminar... años
arrastrándome,
siendo fustigado y creyendo no merecer tu amistad...
Islas habitadas por aborígenes, en mis entrañas desgarradas,
botan,
gritan, bailan y se emborrachan
esperando vomitar.
Horror tras horror voy viviendo sin descanso
y sin paz en alarma
silenciosa que me anima a no desmayar.
Fracaso en mis espaldas brillan a la par...
Lloro silencioso, aúllo a la mar...
velo sus silencios, esperando
que algún día tú,
de nuevo ¡me vengas a buscar!