Creciente es la dulzura de su boca,
húmeda, caliente y blanda, su lengua...
juguetona, ardiente y acuática;
juega en mi boca viciosa y ambigua.
Dulce amante que me vence enérgica,
con caricias y besos multilengua
y en mi cuerpo se sublima y sofoca,
matándome a placeres y sin tregua.
Vénceme, amor o mátame a orgasmos,
soy tan solo el abrazo de tu ingenio,
suspiro de un gemir en tus abismos.
Volcán interno que tú y yo, abrimos...
incendiando nuestros cuerpos y genio
para
amarnos… mientras nos poseemos.