Imagen obtenida de Internet
Te escondes en ese cascarón blando,
de tono gris, de tacto frío y romo,
con lágrima en tu párpado inflamado
y de dolorido palpito en tu altruismo.
Herida solitaria has arañado
a la carne y el desvanecido humo
que sustenta con coraje tu aplomo,
te mece con un beso desinflado.
Llora si te place... o grita si quieres,
a la sazón, del amor no se muere,
si acaso, sueñas, sonríes o hieres.
Dame ese abrazo y no te me acalores,
soy y eres, el reflejo que se adhiere
y al fusionarse, lucen en mis altares.