Imagen obtenida de Internet
Y dice que está ofendida... aparentemente orgullosa,
ella se
duele, indiferentemente
caprichosa. Mi espalda es a sus frases
estoica, laica y prudente y estima su candor,
mientras se hiere y golpea sus dientes.
Sus labios rosados e inquietos, sobre mi espalda
se prestan a
redimirme con cosquillas en juguetonas y traviesas.
Sublime pasión soñada,
belleza manifiesta
de jazmines y violetas.
Aromas y espesura, en mi cuerpo
y en su cuerpo trenzan y
funden aromas
¡en delirantes noches de ofrendas!
Dueles de mí... mas yo muero y revivo de nuevo
cada vez que te
poseo y vuelvo a morir al ver que tú sigues dudando,
caprichosa y sin ver lo
que realmente sufro yo por ti...