La miro reflejada en el espejo,
"se la ve tan bella...
Su piel mojada,
me estremece de deseo...
De sus pechos, de contornos perfectos,
nacen unas juguetonas fresas;
que hacen humedecer mis labios,
de excitación y calentura...
No puedo separar mis ojos de ella,
su cuerpo de lineas suaves,
se enmarcan en una caderas
y en unas delicadas curvas que, me marean.
Me sofoco, mis ojos se deslizan por su cuerpo;
Mis manos se mueren por acariciarla...
Me sonríe a través del espejo... me hace señas,
y voy sin dudar...
Se me abraza su cuerpo desnudo y me hace sudar.
Se me enlaza al cuello y me ofrece sus labios;
¡Mí boca se apodera de su boca
y los muerde avariciosos!
Mis manos tiran de sus caderas y la aprietan hasta sentir
Su húmedo sexo en mi miembro ya de minutos... erecto.
La levanto y ella
cierra sus piernas...
Apresando mis caderas.
Su boca...
De dientes blancos y perfectos,
me muerden... me succionan la vida.
Su lengua entra profunda y enrosca en la mía sedienta...
Aparto unos segundos mi boca...
para degustar esas fresas
Que nacen de sus pechos...
en forma de rosetones perfectos.
Mí lengua y mis dientes juguetean en ellos...
Sus muslos se abren y cierran sobre mi sexo...
Jugando a seducir.... y a excitarme aún más.
No la dejo seguir...
mis manos aplacan sus formas
¡Y me hundo en ella...!
Mis dedos en sus glúteos...
jugando a ir y a venir...
eclosionando el silencio en gemidos;
En gritos de bocas enronquecidas...
Buscándose solo el éxtasis y el placer.
"Nada existe ya...
Salvo nosotros dos...
¡Y nuestro propio volcán en erupción!