Recorrí mi alcoba con la mirada,
Mi lecho aún sin deshacer...
Aún hoy... no he dormido.
Te busqué en las noches...
Y al amanecer... miré hacia la mañana, sin ver.
Madrugadas vacías donde, solo habitaba el hambre,
"Las ganas y el ansia por tenerte... en este lecho
mío...
Hacían agitarse mis ansias por poseerte.
El soliloquio del sonar del tictac del reloj,
Anunciándonos la llegada de la aurora.
El Sol, entrando a raudales por la ventana...
Alumbrando en instantes esa cama vacía y solitaria,
Donde nuestros sueños de placeres solitarios,
Nos acompañaban siempre al despertar el alba.
«Qué curioso... nunca estuviste aquí...»
Y sin embargo;
¡Cuánto extrañé ese día el no encontrarte!
Te abracé entre jardines formados por mi fantasía...
Y te amé tanto que...
¡Hasta me olvidé que no existías!
Mis ojos no reconocen aquel cuarto...
«Siento frío y sed, de ti,
Mas... "mi cuerpo arde insufrible
por el calor de pensarte,
Y saber que nuestra verdad…
En algún lugar, donde habite el sueño...
Tú la encontrarás… antes de encontrarme a mí.