imagen obtenida de Internet
Mi amor, vives entre la nostalgia de medias noches insomnes
y
de durmientes sueños sin cumplir...
De enojos, rabietas, juegos y travesuras al
atardecer.
Creyendo que por ser amantes estábamos enamorados…
Mi amor, desde siempre dejaste paso a la esperanza,
cuando
apenas empezaba a tener sentido el vivir,
Y ahora... sin ti, vuelve a mí la desazón,
desidia y la melancolía.
Envolví mi dolor y lo aislé en la penumbra de mi agonía
y lo cubrí
con el manto de mi desesperación,
pensando en todo el daño que te hice al no
tomarme en serio tu amor.
No puedo evadirme de esta ansia mía
ni de este pesado dolor
que me rompe todo,
como rompen y deshacen los pecados de la carne,
corrompidas
por la desilusión y el desamor.
Y ese será para siempre mi castigo.
Mi condena, culpa solamente mía.
Perpetuamente silenciosa y vacía de amor.
No podré nunca perdonarme, tampoco querré olvidarte,
¿Mi
castigo?
Vivir cada día para odiarme y solazarme
cada instante reviviendo día
tras día... mi traición.