En vaporosas
alas de seda
se mueve y danza
sin parar, la bailarina.
Incansable ella,
con sus pies descalzos
que giran y giran
sin parar.
Su mente puesta
en sus sueños
de la niñez,
cuando sus ilusiones
la llevaron por hermosas
nubes de algodón...
hacia un cielo inmenso,
azul y estrellado.
Donde vivió feliz,
con sus danzas de niña
y sus hermosos
sueños de mujer...