Imagen obtenida de Internet
Tengo
hambre. Hambre y ansias
y
me muero por volver a sentir,
a
gozar de unas caricias amadas
y
de unos hermosos, cálidos labios de mujer.
Quiero
volver a confiar,
a
redimirme con su cuerpo,
a
eclosionar de nuevo y gozar,
mientras
tanto, ¡VIVIR!
tan
simple como eso ¡vivir!
Vivir...
divina palabra.
Diluida
entre los fracasos y en el tiempo.
Olvidar...
olvidar que un día sufrí graves daños,
tantos
que aún hoy me aterra recordar.
Deseo
tanto naufragar en nuevos brazos,
tan
ansiosos como yo de sentir y gozar.
Necesito
caricias de mujer que estén como yo,
hambrienta
de amor,
queriendo
recibir besos de lujuria, placer y amor.
Quiero
apoderarme de un nuevo sueño,
dormirme
y que mi despertar no sea amargo.
Soñar
dulcemente abrazado a ella y que,
tras
el abrazo y despertar, sea una nueva mi primavera.
Quiero
estar ahíto y saciado de amor cuando,
al
despertar al amanecer, teniéndola en brazos,
la
ame a instantes hasta tiritar de cansancio
y
descansar los dos cada uno en los labios del otro.