Imagen sacada de Google
No quieras ahora detener mis pasos,
no soy tuyo ni tú eres mi dueña.
Recuerda cuando hicimos nuestro trato,
nos obligamos a no atarnos ni a encadenarnos.
A dejarnos respirar nuestro propio oxígeno
sin asfixiarnos, o
a vivir abiertamente
nuestras vidas sin obcecarse ni obligarnos.
Tener abiertos los brazos a otros amores,
y al corazón latiendo embelesado por besar otros labios.
Sé lo difícil que es para ti mi alejamiento,
la distancia que antepuse entre tu cuerpo y mi cuerpo.
Compréndeme amor,
para mí era necesaria esa distancia,
nunca
te lo dije,
pero yo seguía sufriendo en silencio.
Maldita la erógena composición de mi organismo
que me impedía
no excitarme de ansiedad
cuando inhalaba tu perfume, pero...
te sentía tan próxima, y
tan lejos al mismo tiempo.