Imagen obtenida de Internet
No te quejes, estás en mí
como el mismo agua
transita en libertad por las riberas
salvaje y libre.
Somos un acuífero
que vierte sus aguas
hacia río abajo,
sin descanso, sin parar.
¿No te conmueves?
Estamos ahítos de sueños,
de despertares en soledad,
¡de malditas pesadillas al despertar
con el lado opuesto vacío
sin nadie a quien abrazar!
I
Lo lograste, eres mi musa,
la voz cantarina que me engulle,
que me sirve de detonante
para esbozar una sonrisa de felicidad.
Para recrear mi semblante
frente al espejo de mi estima,
lo haces, tú me estimulas,
me enervas, me enloqueces,
me lastimas,
pero no de dolor sino de goce y llanto.
II
Entre miriadas de estrellas te siento,
entre mis ilusiones te calzo
y entre tus brazos soy obelisco,
rodando y gimiendo, llorando.
Soy saeta que busca tu cuerpo,
afilada pluma mostrando
a instantes, quebrantos.
Mas no soy ningún ave de paso,
que busque sombra,
comida o buenos pastos.
Soy la simiente,
que va en busca de tierra fértil
para crecer desde mi desencanto.
III
Con mano temblorosa te desnudo,
tras lo cual me quedo absorto
contemplándote y admirándote.
Me excita verte temblar ante mis ojos.
No de frío, miedo o rubor ¡de fuego!
De fuego y llamas incandescentes.
Te sientes observadas y eso te atrapa,
te fascina ser contemplada,
admirada en toda tu natural belleza.
Me aproximo despacio,
te jalo hacia mi pecho,
tomo posesión de tus labios
y profundizo hasta
extasiarte y extasiarnos.
IIII
Me enriqueces tanto,
eres la odalisca,
la diosa eterna de mis sueños perpetuos,
la esquiva oda del poeta,
durmiente esclavo de sus letras.
Eres la pasión explosiva
de los sempiternos eslabones
que se sumergen en las aciagas
profundidades bajo mi barco.
Mi estela,
brillante y luminosa estela
que va dejando la huella
de sus zapatos al caminar.
V
No sufras más mi luminosa estrella,
no enmudezcas tu talento ni silencies tus encantos.
Eres como el sol que me ciega
al mismo tiempo que me da la vida
y hace crecer en mi la alegría.
Deja que te abrace,
que sienta en mi pecho tu calor,
tus latidos,
ese ronroneo que antaño
fue maltratado y esquivo
y que hoy, es sueño, amor y felicidad.
VI
Vive, amor, a través de mi,
de mis suspiros cuando te siento,
cuando te inhalo o te transpiro.
Sé mi luna llena,
mi puntal donde apoye mis quimeras,
llantos, alegrías y hasta la fe del alma mía.
Deja de rezarle a Dios,
estamos solos en la tierra,
en ella solo estamos hoy, tu y yo.