Translate

Twitter - Linkedin

  • TWITTER

    Instagram

    jueves, 8 de mayo de 2014

    No son muebles ni objetos y sienten y padecen tanto como tú y como yo…

    Imagen obtenida de Internet

    No son muebles y aunque no los escuches quejarse, 
    no son inútiles y padecen tanto como tú y como yo.
    No se merecen ser apartados, 
    ignorados y olvidados adrede en cualquier estación.

    Quizás ya perdieron su tren, bajándose demasiado pronto 
    en una parada obligada, la de la edad, 
    cruel reloj que les atrapó sin piedad ni condición.

    No seamos necios, ahora precisamente 
    es cuando más nos necesitan, no dejarlos atrás.
    Son ellos ¿recordáis? los que nos cuidaron, 
    mimaron y hasta nos amamantaron un día.

     Los que cuidaron a nuestros hijos, sus nietos, 
    cuando los necesitamos y los que, 
    sin pedir ni una mísera sonrisa de agradecimiento 
    ¡nos lo dieron todo!

    No. No son cosas ni objetos inanimados, 
    padecen, ríen o lloran con nuestra misma facilidad, 
    en lo único en que difieren de nosotros es en la edad, 
    ese maldito reloj biológico que gira sin parar.

    Es de temer, para nosotros también llegará, 
    ¿los dejará apartados, alejados de tu corazón,
    de sus nietos, tu vida, por el hecho de no entender 
    lo que expresan o te dicen sin hablan?

    Son nuestros ancianos, aquellos que un día fueron hijos, 
    padres o hermanos, cómo tú o como yo 
    ¿tan difícil es de entender que son también seres humanos?

    Nos los apartes, te necesitan, ¡nos necesitan! 
    Dales cariño, conversación ¡escúchales! 
    Aunque no los entiendas 
    ¿les has mirado alguna vez a los ojos mientras ellos 
    miran los vuestros con orgullo? Sí, lo sabemos, 
    son un cauce de río que no para de ir río abajo.

    ¿Por qué no somos capaces de ofrecerles a ellos 
    tanto amor como nos regalaron, 
    igual que ellos lo hicieron con nosotros y nuestros hijos,  

    en su día, cuando ejercieron de padres y abuelos? 
    Ahora, cuando no se pueden valer por sí mismos 
    ¿les tiramos como si fuesen muebles viejos a la basura?

    No. Nuestros padres o abuelos no son cosas, 
    muebles u objetos, sienten, 
    sufren y padecen tanto como tú o como yo.