Imagen obtenida de Internet
Salto al ciberespacio
y araño con saña cuanto me huele a ti.
Suspiro
desde este profundo infinito,
estoy a punto de matar o de morir.
No, no me humillas ni me heriste, soy yo, quien, por sentir,
me
veo bajo el yugo de un pensamiento senil.
Me lastimo, me maltrato, me hiero, y aun
así pienso que
no me puedes pedir milagros,
la lejanía nos sustenta, nos apresa,
y mis miedos son los que me aterran,
los que me atenazan, aun sin herirme.
Puedo viajar sí, con mi fantasía.
Incluso creer que sientes mis besos y caricias.
Mas no puedo
engañarme ni engañarte,
la distancia es sombría, letal, y nos matará.
Ahora que aún tenemos tiempo,
debemos olvidarnos de sentir y
obviar nuestros desesperados latidos,
hasta enclaustrar y borrar nuestras emociones,
aquellas que nuestras letras, nos hicieron sentir.
No, no te culpes, no eres tú, mi amor,
la vida me enseñó a no
mentir,
y esa es la única razón de que todo muera aquí.