Se me mueren los sueños,
las ansias de sentir o
amar,
solo son ya olvidados recuerdos.
Miro para ese horizonte
dónde creía tener una esperanza;
y solo veo la deforme figura
de mi odiada
soledad...
¡Ay...! ¿dónde estará lo que soñara...?
¿en qué lugar olvidado del corazón
se fue a esconder
de mí?
Sé muy bien que no es culpa suya,
la sombra se hizo su dueña,
y ahora solo vive resguardada en la oscuridad.
Hasta sus ojos permanecen cerrados,
y no se si su alma, también lo pueda estar...
cuando huyó despavorida hacia el dolor,
la que fue mi verdadera cárcel;
la causa injusta...
donde mi sueño más no durmió.
Y ahora pienso consternado...
"la única culpable de que
pueda morir nuestro amor"
tiene un solo nombre,
y no, no es... ¡Salvación!