Imagen obtenida de Internet
Hoy me dejé llevar por el olvido.
Creé una isla en mi entorno,
dejé abatir mi cabeza en la almohada
y me puse a soñar...
No sé cómo llegué pero...
me encontré de repente
en una habitación blanca,
estrecha y chiquita donde
tan sólo había una cama,
una mesita de noche
y un pequeño armario blanco
viejo y desvaído.
En un rinconcito de la estancia
una silla...
y en esa silla... un hombre lloraba.
Un hombre con rostro cansado,
envejecido en sus ojeras,
de constante pernoctar...
Noches enteras llevaba sin dormir
o durmiendo mal...
sus ojos presentaban restos uniformes
de cuántas lágrimas lloró o dejó atrás.
Hoy ya no quiere pensar
del por qué llora o lloró...
solo tiene una necesidad
¡contemplar a su bella flor de primavera!
"Meses ya en aquella habitación
sin poder ver el sol...
en esa cama blanca sin líneas
y sin color...
Muchachita de sonrisa altanera,
hoy sólo parece una sombra difusa
de lo que antaño pudo ser...
Él no deja de mirar sus ojos cerrados
en ese sueño inquieto donde
los dolores son sus únicos dueños.
Me acerco a ella, silencioso, sin verme...
Me acerco a ella, silencioso, sin verme...
y me pongo ante sus
ojos cerrados.
¡Dios...! ¡es tan bella y tanto la amo!
Mis labios aproximo a sus labios,
y apenas los rozo...
en un beso adorado.
"Se agita inquieta... me desplazo,
no quiero despertarla,
no debe saber que estoy allí...
Nuestro amor... fue su desgracia,
aunque su tormento... no fui yo,
fue su tristeza.
Oigo remover la silla
y vuelvo mi cabeza...
es él, parece que se apercibiera
de mi presencia.
Pero no (soy invisible)
nadie me puede ver porque...
"solo la estoy soñando".