Imagen obtenida de Internet
Pegado al cristal líquido de esta pantalla
de ordenador, me fundo en negro por segundos
buscándote entre sus líneas,
en un mensaje que nunca llega.
En vano abro y despliego tu página,
esperando hallar algo nuevo tuyo,
alguna actualización, comentario
¡o que se yo!
Desilusionado y triste la vuelvo a cerrar,
dejando pasar algunas horas...
y de nuevo, la vuelvo a abrir y comenzar...
En mi mente... un maremoto de pensamientos,
me fustigan sin parar ante mi desconcierto,
con preguntas que yo no me puedo contestar.
No temas, a nadie contaré quién eres,
a nadie confesaré jamás tu nombre
ni el modo en que, al conocerte,
te empecé a amar y a soñar...
Sólo yo... te viviré,
y guardaré en mí memoria
todo el amor que me diste.
Y mi amor guardaré para siempre
solo para ti...