Ya no
hay secretos en mi voz,
porque
cuanto te pienso o respiro,
todo me
sabe a ti...
eres el
latir de mí corazón
¡y la
fuerza de esos latidos!
¡Te amo
a fuerza de querer pensarte,
querer
volcarme en tu amor
para
encontrarme y después perderme en tu abismo!
En este
sosiego que me trasmite el pensarte,
me
envuelvo en tus pensamientos,
buscando
hallarte en la idea brillante
de cada estrella
fugaz que danza feliz,
esperando
alcanzarte y contigo fusionarse.
Luces en
el abismo del cosmos titilan,
al
distanciarse en el cielo;
para
encontrarse en mis sueños contigo
y
así...¡poder abrazarte!
Fugaces
relámpagos colean
jugando
a besarse,
esperando
a que algún beso caiga furtivo
y estalle
en mis labios;
hambrientos por sentirte y acariciarte.
Besos
que duermen silenciosos,
en la
fría alcoba de mis sueños;
pensándote
y adorándote.
Ya no
hay secretos en mi voz...
porque,
ni oculto ni en secreto,
puedo ya
guardar lo que me dicta
el
corazón;
¡quererte
hasta lograr extasiarme!