Si me
gritas en medio del sueño,
enervando
mis sentidos,
e
irritando mis pensamientos;
hasta el
punto de enloquecer...
Dejas ciega a la razón,
inoculándole
ese veneno vil,
llamado
rabia y desesperación;
¡maldiciéndome
al mismo tiempo!
Sintiendo
cómo...
el odio
irrumpe victorioso,
llenando
de ira mi sangre;
apoderándose
de mí ser.
Soy sólo
un pelele movido
por los
hilos invisibles
de un
impulso malsano,
dulce y
a la vez...Amargo.
Me
diluyo en sus brazos,
me dejo
acariciar la piel,
y me
abandono...
recogiendo,
al fin:
la flor
mustia de mi destierro.