Estando
harto de sueños,
de
desprecios y desplantes
a mis
deseos y calenturas,
quiero
ahora renacer de la historia perdida.
Aquella
que un día dejé caer de entre mis dedos,
cómo un
sucio cartón vacío de una caja de zapatos
que ya
no usas... historias de un ayer que,
pese a
todo mi dolor... jamás olvidé.
Me
levanto ahora y miro dubitativo ese espejo que
sin
mentirme me dice, que si pierdo ese tren...
habré
perdido, no solo el tren sino... ¡también el cielo!
Una
locura tras otra, persiguiendo sin saber,
dónde
dejar la señal o marca indeleble de esos absurdos deseos...
que cada
vez me martillean más los sesos.
Busco
huir hacia la luz, o hacia la nada...
quizás
no pueda recuperar mí historia...
ni
volver a soñar con lo que fuimos, perderé si acaso...
el
último segundo para decirte;
¡aprenderé
a vivir sin ti, para recuperarte, tal vez... mañana!