En unos instantes de grandeza,
se nos evade el alma,
introduciéndose a merced del viento,
en la iris del poeta, en su verbo y en su talento.
Ojos que al mirar, la fuente de sus versos,
se entretienen en lanzar, notas y sonetos;
que abrazan y acarician...
envolviendolo en su sueño.
Tierra donde nace y crece la vida de un poeta,
envuelto en el abrazo sagrado de un durmiente;
en estado perpetuo de ensoñación... y misterio
dándole alas a la pluma, y manchando con tinta, sus letras.
¡No alteres sus ansias,
de vomitar quereres y desengaños!
catarsis de esperanzas, mustias por un daño.
Sufridos en la búsqueda incesante de una vida.
No os olvidéis de vuestros amados sueños,
esperar con paciencia y revivir cada fantasía,
olisqueando cualquier aroma del pasado.
Renacer a cada pensamiento expresado;
¡y jamás pereceréis sin haberos sentido amados!